El club adeuda íntegramente la última mensualidad de la pasada temporada y un 60% de la penúltima nómina
La imagen del Villa de Aranda se deteriora por momentos por aspectos extradeportivos. Ahora trata de evitar denuncias de varios exjugadores porque el club ha incumplido reiteradamente todos los compromisos adquiridos con su plantilla de la pasada temporada a la que adeuda íntegramente la última mensualidad y un 60% de la penúltima nómina. La entidad ya sabía que podría llegar esta situación tras pedir a los capitanes la firma de un documento que acreditase que no se les adeudaba nada para la tramitación de cierta documentación. La petición fue rechazada de pleno por los jugadores.
La situación presente llega por hartazgo. Los jugadores se han cansado de las demoras y de los compromisos de pago incumplidos. Ya el viernes 21 de agosto expiró el último plazo que se había otorgado y la prórroga concedida esta semana sitúa al Villa de Aranda en la necesidad de encontrar recursos para afrontar sus deudas.
El deterioro de imagen en el último año y medio es evidente. El Villa de Aranda afrontó con gran despropósito la renovación de un jugador emblemático como Diego Camino, aspecto que generó un rechazo unánime de una afición que lo recriminó en los últimos partidos de la pasada temporada donde se produjo un claro distanciamiento hacia la gestión de la entidad.
Administrativamente, el club ha sido denunciado por un anterior patrocinador, Autocares Víctor Bayo, por deudas contraídas y por una presunta falsificación de documento. Precisamente esta situación generó en el pasado mes de julio una investigación por parte del Ayuntamiento de Aranda ante otra posible falsificación de documento para justificar la subvención de 2014 y la petición de convenio para 2015.
En una revisión de las solicitudes de ayudas económicas, alguien detectó la firma del anterior secretario del Villa de Aranda, Pablo Piera, que había cesado por voluntad propia en su cargo en agosto de 2014. Sorprendido por el hallazgo, se puso en contacto con la persona cuya identidad supuestamente se había suplantado que confirmó y comprobó que su nombre había sido utilizado sin su consentimiento. Se enfrentaba el Villa de Aranda a unas consecuencias demoledoras para su economía: devolución de los 60.000 euros recibidos en 2014 e inhabilitación para recibir ayudas en los cuatro ejercicios posteriores al margen de otras derivaciones penales. Pablo Piera, para evitar daños al club, y en una reunión convocada por el edil de deportes, Emilio Berzosa para aclarar posibles irregularidades, optó por no decir la verdad y dar por buena la versión de dar su consentimiento a la firma presuntamente falsificada para evitar que el Villa de Aranda se viera duramente sancionado. La concejalía de deportes, en el ejercicio de su responsabilidad, dio el asunto por cerrado zanjando una crisis en el club ribereño en el que ya se tiene pleno conocimiento de que el exsecretario Pablo Piera tuvo que faltar a la verdad por su deseo de no dañar al Villa de Aranda.
